No es el huaico,
son los políticos
http://es.scribd.com/doc/125466172/No-es-el-huaico
Pedro Ortiz Bisso Jueves 14 de febrero del 2013
El primer huaico de la temporada en la quebrada de río Seco, en Los Claveles, fue, por fortuna, de poca magnitud, pero ha vuelto a poner en evidencia que la politiquería es un aliado fiel de los desastres de la naturaleza en nuestro país.
Luego de la tragedia ocurrida en Chosica y Chaclacayo el Jueves Santo del año pasado, cuando los deslizamientos mataron a dos personas, afectaron 790 viviendas y dejaron más de un millar de damnificados, se prometió tomar las providencias para estar mejor preparados en caso de que se repitiese este fenómeno.
Sin embargo, como lo advirtió El Comercio semanas atrás, los meses pasaron y no se movió ni una sola bolsa de cemento.
Sí se han movido, y con suma rapidez, los índices para señalar a los culpables.
La Municipalidad de Chosica acusa al Concejo Provincial de Lima de no cumplir con su promesa de financiar y ejecutar los 32 muros de contención que se necesitan.
Desde los predios de Susana Villarán, señalan que la comuna que encabeza el eterno Luis Bueno demoró en la elaboración y entrega de los proyectos.
En otras palabras, miles de personas se encuentran en grave peligro de perder sus vidas y sus hogares solo porque dos municipios no tuvieron la suficiente entereza y criterio de dejar de lado sus diferencias, para sentarse en una mesa y ponerse a trabajar.
Con el caudal del Rímac en alza, en este momento es imposible construir alguna defensa decente.
Lo único que ha podido hacerse es limpiar el cauce, mover un poco de tierra y colocar algunos sacos de arena en las riberas.
Algo así como darle un desenfriolito a un paciente a punto de tener un ataque al corazón.
Tampoco se ha hecho nada para trasladar a aquellas familias que, temerariamente, viven sobre el cauce natural de los huaicos.
Periodistas de esta casa comprobaron cómo las edificaciones afectadas por los deslizamientos del año pasado permanecen en los mismos lugares, como si nada hubiera ocurrido.
Sus propietarios solo han refaccionado techos y paredes, como si esperaran que por algún designio divino el lodo que caiga de los cerros le haga una gambeta a sus propiedades.
Aquí el trabajo es más complicado porque requiere el traslado de barrios enteros a terrenos más alejados y, probablemente, más pequeños.
Tamaño esfuerzo, además, no debe recaer únicamente en el municipio local, sino también en el provincial e, incluso, el Gobierno Central.
Sin embargo, no se sabe de la existencia de algún proyecto que permita afrontar este problema con un mínimo de seriedad.
En cuanto a los benditos muros, según el teniente alcalde, Eduardo Zegarra, finalmente se harán en abril, es decir, cuando el río baje su nivel y el sol luzca resplandeciente en el firmamento chosicano.
¿Y mientras tanto?
Pues además de afinar los sistemas de alerta y evacuación, así como habilitar zonas de seguridad, queda solo mirar al cielo y rogar para que la naturaleza se apiade de esta tierra.
Y pedir por que alguna vez en su vida nuestros políticos aprendan a trabajar no en favor de sus intereses, sino en beneficio de la comunidad.
http://es.scribd.com/doc/125466172/No-es-el-huaico
Pedro Ortiz Bisso Jueves 14 de febrero del 2013
El primer huaico de la temporada en la quebrada de río Seco, en Los Claveles, fue, por fortuna, de poca magnitud, pero ha vuelto a poner en evidencia que la politiquería es un aliado fiel de los desastres de la naturaleza en nuestro país.
Luego de la tragedia ocurrida en Chosica y Chaclacayo el Jueves Santo del año pasado, cuando los deslizamientos mataron a dos personas, afectaron 790 viviendas y dejaron más de un millar de damnificados, se prometió tomar las providencias para estar mejor preparados en caso de que se repitiese este fenómeno.
Sin embargo, como lo advirtió El Comercio semanas atrás, los meses pasaron y no se movió ni una sola bolsa de cemento.
Sí se han movido, y con suma rapidez, los índices para señalar a los culpables.
La Municipalidad de Chosica acusa al Concejo Provincial de Lima de no cumplir con su promesa de financiar y ejecutar los 32 muros de contención que se necesitan.
Desde los predios de Susana Villarán, señalan que la comuna que encabeza el eterno Luis Bueno demoró en la elaboración y entrega de los proyectos.
En otras palabras, miles de personas se encuentran en grave peligro de perder sus vidas y sus hogares solo porque dos municipios no tuvieron la suficiente entereza y criterio de dejar de lado sus diferencias, para sentarse en una mesa y ponerse a trabajar.
Con el caudal del Rímac en alza, en este momento es imposible construir alguna defensa decente.
Lo único que ha podido hacerse es limpiar el cauce, mover un poco de tierra y colocar algunos sacos de arena en las riberas.
Algo así como darle un desenfriolito a un paciente a punto de tener un ataque al corazón.
Tampoco se ha hecho nada para trasladar a aquellas familias que, temerariamente, viven sobre el cauce natural de los huaicos.
Periodistas de esta casa comprobaron cómo las edificaciones afectadas por los deslizamientos del año pasado permanecen en los mismos lugares, como si nada hubiera ocurrido.
Sus propietarios solo han refaccionado techos y paredes, como si esperaran que por algún designio divino el lodo que caiga de los cerros le haga una gambeta a sus propiedades.
Aquí el trabajo es más complicado porque requiere el traslado de barrios enteros a terrenos más alejados y, probablemente, más pequeños.
Tamaño esfuerzo, además, no debe recaer únicamente en el municipio local, sino también en el provincial e, incluso, el Gobierno Central.
Sin embargo, no se sabe de la existencia de algún proyecto que permita afrontar este problema con un mínimo de seriedad.
En cuanto a los benditos muros, según el teniente alcalde, Eduardo Zegarra, finalmente se harán en abril, es decir, cuando el río baje su nivel y el sol luzca resplandeciente en el firmamento chosicano.
¿Y mientras tanto?
Pues además de afinar los sistemas de alerta y evacuación, así como habilitar zonas de seguridad, queda solo mirar al cielo y rogar para que la naturaleza se apiade de esta tierra.
Y pedir por que alguna vez en su vida nuestros políticos aprendan a trabajar no en favor de sus intereses, sino en beneficio de la comunidad.
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