Lunes 11 de febrero 2013 - 06:40
¿La plata llega sola?
El Búho hace un análisis del “boom inmobiliario” que dos expresidentes han desatado en los últimos días.
Este Búho recuerda con mucho respeto la figura de un político como Víctor Raúl Haya de la Torre,
cuyo onomástico 118 se celebrará en unos días.
Cuando el fundador del
“Partido de la estrella” fue elegido presidente de la Asamblea
Constituyente en 1979, renunció a su sueldo.
Y, pese a que su infancia
la vivió en una lujosa casa de 22 habitaciones, pues provenía de la
aristocracia trujillana, los últimos años de su existencia los pasó
austeramente, en la famosa quinta de Villa Mercedes, en Ate, que no era
suya, sino que se la prestó su prima hermana Mercedes de la Torre
Ganoza.
Haya murió pobre, sin poseer ningún inmueble.
Solo
fue dueño de su tumba.
Se fue sin dejar ninguna herencia material, salvo
sus incontables libros, pues nunca le interesó el dinero.
Es inevitable
recordar a Víctor Raúl en estos días en que se habla del exitoso “boom” inmobiliario de Alan García,
que es dueño de un lujoso departamento en París, en Rue de la
Faisanderie, una de las zonas más caras de Europa, cuyo valor no bajaría
de un millón de euros.
Además, García adquirió otra propiedad en Bogotá,
una casa de verano en el balneario de Naplo, que ya vendió, una
espectacular residencia en Chacarilla y últimamente otra en Miraflores
por 830 mil dólares, donde pagó medio millón de dólares
al cash.
Como si fuera poco, desde hace un año vive en una lujosa
residencia de propiedad del ex ministro fujimorista Jorge Baca Campodónico, que está embargada por el Estado, por la que paga 3 mil 500 dólares al mes.
Ya anunció que, en unas semanas, dejará este lugar para irse a vivir a su flamante vivienda miraflorina.
Nada mal para alguien que cuando accedió por primera vez a la
Presidencia del Perú en 1985, como publicó el diario oficial El Peruano
el 17 de agosto de ese año, declaró que solo poseía su casa de
Chacarilla y un reloj.
Aunque esa casa fue adquirida en junio de 1985,
cuando ya era presidente electo.
Al explicar la compra de la casa de Miraflores, García ha dicho que ha dado conferencias en varios países como China, Chile, Italia y Estados Unidos, donde le han pagado unos 50 mil dólares
por cada una.
También señala, como ingresos, regalías editoriales y su
pensión como ex presidente.
Todos sus ingresos, exceptuando su pensión
del Estado, deberían ser investigados a fondo.
Un político que, seguramente, aspirará a un tercer mandato en el
2016 debe ser chequeado con lupa y no pasarlo por agua tibia, como piden
sus esbirros en algunos medios que, francamente, dan vergüenza ajena.
Por el lado de Alejandro Toledo, las críticas vienen por la impresionante residencia de 2 mil 500 metros en Las Casuarinas adquirida, supuestamente, por su suegra de nacionalidad belga.
La madre de Eliane Karp, doña Eva Fernenburg, de 85 años, pagó al contado la friolera de 3 millones 750 mil dólares.
La 48 Fiscalía Provincial Penal de Lima le abrió investigación
preliminar a la anciana, luego de que la Procuraduría de Lavado de
Activos la denunciara por no haber acreditado satisfactoriamente cómo
hizo el pago.
Si alguien me preguntara qué creo, yo diría que la casa es
de Toledo.
Aunque, claro, no tengo ninguna prueba.
Se debe reconocer
que Toledo ha sido un profesional exitoso económicamente antes de llegar
a la Presidencia, pues trabajó en el Banco Mundial, Naciones Unidas y
otras entidades importantes.
Y, si como asegura, es cierto que por cada conferencia que da le pagan entre 50 mil y 150 mil dólares,
además de sus honorarios como profesor en la Universidad de Stanford,
entonces tiene cómo sustentar la compra de la referida mansión.
Lo que
no queda claro es por qué no habría puesto la vivienda a su nombre.
Si
alguien se pregunta por qué no toco el tema del patrimonio del
sentenciado por robos y crímenes Alberto Fujimori, es
porque lo suyo simplemente no puede ser medido ni calculado.
La
megacorrupción de su gobierno desapareció, al menos, ¡¡6 mil millones de
dólares!!
Esas ya son ligas mayores. Apago el televisor.
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