Columnista de Diario La República Sabado, 21 de enero de 2012
http://www.larepublica.pe/columnistas/el-diario-negro/la-batalla-de-la-memoria-21-01-2012
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La batalla de la memoria
Hace
tiempo presenté mi libro de relatos Toque de queda a un grupo de
jóvenes de tercero de secundaria de un colegio particular.
Como
ocurre con buena parte de nuestra literatura reciente, los cuentos de
Toque de queda se ambientan en aquella década tan confusa que fueron los
años 80, donde la violencia subversiva convivió con una formidable
crisis social y económica.
Mientras
hablaba de apagones, secuestros, coches-bomba, hiperinflación y
desgobierno, noté que mi auditorio parecía confundido: por sus preguntas
y su actitud, nadie parecía entender de qué hablaba.
Por eso decidí hacer un alto en la exposición, y pregunté: «¿Alguno de ustedes sabe qué pasó en Tarata?»
Suponía que Chuschi, Lucanamarca o hasta Villa El Salvador podían resultar remotos a aquellos chicos limeños de clase media.
Por
eso el silencio en el auditorio me fue especialmente indignante: no
tenían idea de que alguna vez Sendero Luminoso había detonado aquella
calle en el corazón de Miraflores, dejando 25 muertos y 155 heridos.
No
podía dejar de pensar en esta anécdota mientras leía en los periódicos y
veía en la TV los debates y las reacciones que ha producido la
inaceptable pretensión del Movimiento Pro Amnistía y Derechos
Fundamentales (Movadef) −brazo jurídico de aquella maquinaria de muerte y
miedo que fue el PCP SL− de inscribirse como partido político, con el
propósito de liberar a sus capitostes presos, y reivindicar el ideario
del mayor violador de DDHH de nuestra historia, Abimael Guzmán.
La
preocupación y el rechazo por Movadef han sido felizmente unánimes, y
ya muchos analistas han analizado el campo de batalla legal donde las
instituciones de la democracia deben vencerlo, como han sido vencidos
los partidos del nacionalsocialismo en Alemania y Herri Batasuna en
España.
Pero aquel pensamiento alucinado y totalitario que regó con sangre nuestro país no puede combatirse solo en el JNE.
Hay
otra guerra tan o más importante que los peruanos no hemos afrontado
con la debida decisión, y que por ejemplo ha permitido que muchachos que
por estos días cumplen la mayoría de edad ignoren las atrocidades que
padecieron sus propios padres, o que Movadef cuente con el respaldo de
los 350 mil ciudadanos que firmaron sus planillones.
¿Qué
hemos dejado de hacer quienes sufrimos en todo su horror los peores
años de esa violencia absurda, que costó tantísimas vidas y condenó al
Perú al terror y la postergación?
¿Por qué hemos permitido que las nuevas generaciones crezcan conociendo una versión mutilada de nuestra historia?
¿No deberíamos recordar una y otra vez el pasado, para aprender de él y no repetir los errores que nos precedieron?
¿Por qué esa herramienta valiosísima contra la amnesia que es el Informe Final de la CVR parece dormir un sueño injusto, y no es un texto que se discute y publicita en las aulas y en foros públicos?
¿Por qué hemos permitido que las nuevas generaciones crezcan conociendo una versión mutilada de nuestra historia?
¿No deberíamos recordar una y otra vez el pasado, para aprender de él y no repetir los errores que nos precedieron?
¿Por qué esa herramienta valiosísima contra la amnesia que es el Informe Final de la CVR parece dormir un sueño injusto, y no es un texto que se discute y publicita en las aulas y en foros públicos?
Movadef intenta legalizarse, y ello debe servirnos de advertencia.
A los últimos coletazos de Sendero Luminoso deben oponerse la razón, las leyes y, cuando corresponde, la fuerza.
Pero no debemos olvidar el arma más poderosa: la memoria.
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