"DETRAS DE LA REVOCATORIA "

La conjura de los necios

La feroz campaña para revocar a Susana Villarán es el capítulo más reciente de una ofensiva que se libra desde hace buen tiempo en el Perú, y que cada vez se vuelve más cruenta. ¿Alguien es tan ingenuo para creer que sus promotores actúan de manera desinteresada, pensando solo en el bienestar ciudadano?

¿Debe sorprendernos que quienes la postulan evitaran hacerlo contra Luis Castañeda Lossio o Alex Kouri, alcaldes que enfrentaban graves denuncias por corrupción?

Claro que no.
Para decirlo con todas sus letras: la revocatoria de Villarán es el último esfuerzo de un sector minoritario de nuestra sociedad, que pretende imponer una agenda donde, más que razones, priman la prepotencia, la intolerancia, el egoísmo y la ley del dinero.

Definirlo doctrinariamente resulta inútil, pues su ideología no pasa de ser un cúmulo de caprichos y bravatas, donde la persecución calumniosa y sumamente obsesiva de todo aquello con lo que discrepe o lo contradiga ocupa un lugar de privilegio.

Este mismo puñado de ciudadanos no parece querer comprender que, desde la aparatosa caída de Alberto Fujimori hace doce años, todas sus iniciativas y conspiraciones solo han sabido fracasar.

No importa que un abultado sector de la prensa sea parte activa de ellas: sus estrategias y mentiras han sido siempre tan burdas que, una a una, han terminado causando la implosión de las intrigas que pretendían soliviantar.

Para justificar el indulto a Fujimori, por ejemplo, primero se habló de un cáncer terminal.
Cuando se desbarató ese embuste, la historia cambió: ahora se trataba de una enfermedad grave y de un preso profundamente deprimido −como si alguno no lo estuviera−.
Al final se supo toda la verdad: que en cuatro meses había recibido 290 visitas, y que incluso había encabezado un encuentro de su bancada en su celda de la Diroes.

Con Susana Villarán no es distinto.
Para agravar su imagen de ineficiente, esta semana se la acusó de haber ejecutado apenas el 13,2% de su presupuesto.
Cuando esta cifra se desmintió (la actual gestión municipal ha ejecutado el 77,7% de su presupuesto total, y el 55,9% de su presupuesto de inversiones, superando en ambos casos los primeros años de su predecesor), como respuesta no hubo rectificaciones, sino solo un titular tendencioso y, por decir lo menos, bastante picón: «Villarán invirtió más que Castañeda en primer año pero no en lo urgente».

Fernando Tuesta dice que la actual desaprobación de Susana Villarán no se explica solo por los ataques de sus adversarios políticos, y estoy de acuerdo.

Como él, también creo que, por más deleznables que sean, los argumentos que respaldan este pedido de revocatoria no lo vuelven ilegal.

Pero visto el porcentaje de éxito que han tenido las anteriores campañas de sus promotores, la revocatoria no debe ser algo que le quite el sueño a la alcaldesa de Lima, y sí la mejora de su gestión.

Según dice la experiencia, lo peor que podría pasarle ahora es que su popularidad suba un poco, producto de las antipatías que tan bien saben cultivar sus rivales de turno.

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ElComercio.pe / Opinión               Sábado 04 de febrero de 2012 - 08:02 am

(Editorial) La revocación: arma de doble filo

Es una libertad ciudadana consagrada en la ley, eso está claro. Pero no lo está tanto que revocar a Villarán sea un uso responsable de ese derecho.

Se cuenta que cuando Benjamin Franklin salió de la última reunión de la Convención Americana le preguntaron si la forma de gobierno que tendría el nuevo país sería o no la de una república. Franklin contestó: “Si es que pueden mantenerla”.
Advertía así el genio americano sobre cómo la responsabilidad es la otra cara de la libertad y cómo cuando la segunda se ejerce sin la primera, se autodestruye.

El avance del proceso por llamar a la revocación de la alcaldesa Villarán nos recuerda las palabras de Franklin.
La revocación es una libertad ciudadana consagrada en la ley, eso está claro.
Pero no lo está tanto que revocar a Villarán sea un uso responsable de ese derecho.

La revocación no es un arma ligera para usar al gusto.
No debería emplearse en base a sensaciones o impresiones hechas al vuelo.
Básicamente por una razón: si el uso de la revocación no se sustenta en ineptitud gruesa o corrupción flagrante y se emplea, por tanto, para justificar revocaciones en razones que caen dentro de lo discutible, la institución se convertirá en un instrumento más de la guerra política entre los partidos.
Si eso pasa, no habrá región ni municipio del país que pueda encontrar esa estabilidad sin la que ningún avance es concretable.
No olvidemos que los números exigidos para llamar a un proceso de revocación son lo suficientemente bajos como para que los perdedores de cada elección lo utilicen contra el ganador.
Los sectores de la derecha que hoy promueven la revocación porque Susana Villarán es de izquierda, deberían saber que están inaugurando un uso de la institución (relativamente nueva en el Perú) que luego, sin duda, les será aplicado a ellos cuando estén en el poder.

Decimos que hay un sustrato ideológico en la campaña por revocar a la señora Villarán porque su pretendida base fáctica (que es una inepta absoluta, que no ha hecho nada durante su primer año de gobierno) no es tal.

Sin que lo hecho impresione, desde el punto de vista del presupuesto de inversión del que dispone la Alcaldía de Lima, Susana Villarán ha ejecutado más que el señor Castañeda en su primer año.

Ha creado los corredores viales de las avenidas Abancay y Túpac Amaru.
Ha duplicado el Serenazgo y puesto videovigilancia en el Centro de Lima, el Rímac y Barrios Altos.
Ha rehabilitado varios kilómetros de la Panamericana (Norte y Sur).
Ha diseñado el Sistema Integrado de Transportes. Y podríamos seguir con los ejemplos.

Que quede claro que con nada de esto queremos implicar que la señora Villarán no tiene severos problemas de gestión o que, como engañan algunos de sus seguidores, su alta desaprobación en los sectores populares es fruto de los ataques constantes de un sector de la prensa.
Pese a los logros mencionados, su alcaldía sí ha dado varias muestras de ineficiencia, coronadas por el penoso espectáculo de La Herradura,donde había asegurado que no sucedería lo de la arena frente a las voces que se lo advirtieron pública y explícitamente.

Susana Villarán tiene, además, pese a su proclamada gran conciencia social, un severo problema de sintonía con las necesidades y voluntades de los sectores populares de su capital.
Se dedicó los primeros seis meses de su mandato a ejercer de fiscal de un ex alcalde extremadamente popular y actuó largamente también como si su responsabilidad fuese una ONG y no una ciudad.
Su campaña sobre un tema que nada tenía que ver con la alcaldía bordeó el absurdo cuando se puso a lavar papas en la Plaza de Armas mientras la población la quería haciendo más escaleras y lo mismo sucedió cuando propuso una ciclovía interdistrital de 300 km como alternativa al problema del transporte en Lima. ¿Cuánto le simplifica la vida a un poblador de Villa El Salvador pedalear todos los días hasta su trabajo en San Miguel?
Tampoco nos contamos entre quienes presentan a la señora Villarán como una santa laica.

Ha demostrado varias veces tener tantas mañas políticas como el que más.
Por ejemplo, en las muchas veces que soslayó la verdad durante la campaña y después. Verbigracia, sobre sus bienes, dando luego una secuencia de explicaciones contradictorias. O sobre el insulto que sí le lanzó a Lourdes Flores.
O diciendo que había consultado con la Marina antes de hacer lo de La Herradura.

Nada de lo anterior, sin embargo, impide que veamos que no son tales los niveles de inoperatividad que se le imputan como para justificar una revocación basada, en el caso de algunos, en impresiones no bien sustentadas y, en el de otros, en intereses ideológicos; contribuyendo ambos a abrir las puertas de una cadena inacabable de revocaciones por venganzas políticas.
Una cadena que nos negará toda oportunidad de juego político limpio y estabilidad.
La señora Villarán fue elegida democráticamente, sí ha hecho ya algunas cosas valiosas y merece una oportunidad que vaya más allá de un primer año.
Tenemos una república.
Sepamos mantenerla.


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  Diario La República.

Pablo Secada: "Revocatoria es para sacar corruptos, este no es el caso"

Firme. Regidores PPC, como Secada, no apoyan revocatoria.
Firme. Regidores PPC, como Secada, no apoyan revocatoria.

Pablo Secada. Regidor del PPC y reconocido economista del Instituto Peruano de Economía (IPE).
Rocío Maldonado.
Regidor de oposición, Secada está en contra de la revocatoria a Susana Villarán, pero le pide ser más tolerante y reformular prioridades. Advierte no hacerles el juego a aventureros que quieren patear el tablero.

Usted afirmó que dos idiotas  (Alex Kouri y Luis Castañeda) querían sacar a Susana Villarán de la Alcaldía, pero son siete personas las que adquirieron kits para revocar su mandato...
Yo no he dicho que son solo ellos (Kouri y Castañeda), sino que son los pesos pesados políticos detrás de la revocatoria... y, claro, deben haber otras personas que lo hacen por razones válidas y que no tienen juego político.

¿Qué los mueve? ¿Por qué ese afán de sacar a Villarán?
Se trata de dos personas que tienen razones políticas para sacarla. Ahora bien, los dos me parece que tienen cuestionamientos éticos, pero uno me parece un delincuente porque actuó en paralelo con Montesinos y el otro no.

Más allá de la intención de Kouri y Castañeda, la revocatoria está contemplada en la Ley de Participación Ciudadana...
No estoy de acuerdo con que lo que dicen la Constitución y las leyes sean necesariamente lo que conviene. Es lo legal y hay que cumplirlo, pero en mi opinión no creo que el instrumento de la revocatoria refuerce la democracia; más bien yo creo que la debilita.

¿Por qué?
Porque para empezar en el Perú no existen partidos políticos ni institucionalidad. En su ausencia, la revocatoria puede ser un instrumento del cual se abuse. En algunos distritos y provincias, desde el día siguiente de una elección, los perdedores se organizan para tumbarse al alcalde y si esperan un año es porque la ley lo dice.

El argumento para revocar a Villarán es su ineficiencia...
El espíritu de la revocatoria era sacar a funcionarios corruptos, que probaban en el inicio de su gestión ser delincuentes, y ese claramente no es el caso de Susana Villarán. Si ese fuera el criterio, debieron revocar a Alex Kouri.

Pero debe aclarar el caso de la arena donada por Odebrecht...
Esta empresa está compitiendo por el eje multimodal centro y Susana viajó a Nueva York  para buscar competidores para esta empresa. Si tuviera compromiso con esta empresa, no haría esto.

¿Cuál es el cuestionamiento a la gestión de Susana Villarán?
La forma en que ha priorizado Costa Verde. Estoy de acuerdo en que Lima tiene que voltearse a mirar el mar, pero no en destinarle la mayor partida de inversión del 2012 cuando en los cerros los pobres de Lima no tienen escaleras, muros de contención, agua o cunas. Además, creo que debe ser más tolerante y usar más la iniciativa privada para sacar las obras de infraestructura.

A Susana se la compara mucho con su antecesor...
No sé cómo pueden decir que Castañeda era eficiente si dejó a Lima una contingencia de US$ 100 millones. Su gestión quizá fue eficaz, pero no eficiente.

¿Los regidores pepecistas apoyarán la revocatoria?
En las discusiones internas se le ha expresado a Susana que estamos en contra de la revocatoria, pero sí se le ha pedido algunas cosas puntuales.

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INDULTO ¿Puede imponerse una reconciliación?

https://peru21.pe/mechain/milagro-evolucion-390912?href=tepuedeinteresar --------------------------------------------------------------...