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¡Basta Ya! ¡Custodiemos nuestro mar y la pesca como se debe!
Patricia Majluf / Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Cayetano Heredia.
En las últimas semanas hemos visto con asombro en la televisión a
diversos personajes atacando con rabia extraordinaria las medidas de
manejo pesquero dictadas recientemente por el Ministerio de la
Producción.
Digo asombro porque nunca los medios le habían puesto tanta atención al Sector Pesquero.
¿Cómo es posible que estos personajes, algunos ilustres desconocidos,
otros recientemente graduados de “expertos” en pesca, estén por semanas
en todos los canales –inclusive varias veces en el mismo programa– con
la misma cantaleta?
A mí me da mucho que pensar. ¿Por qué tanto ruido?
Porque los pesqueros han perdido el control del Ministerio y la Pesca
que siempre tuvieron.
Los cuentos que sacan cada semana los que hoy atacan a las
autoridades pesqueras, hasta podrían dar risa por lo desinformados e
incoherentes que son.
Estos señores apelan a un nacionalismo
desatinado pero siguen usando a Chile como modelo, aun cuando sus
principales pesquerías están al borde del colapso y sus políticas
pesqueras son incluso menos justas que las nuestras.
También
exigen volver al régimen que les permitía pescar a una milla de la costa
en el Sur, sin importarles los impactos del arrastre de sus redes sobre
los fondos marinos de zonas poco profundas y sobre los recursos para el
consumo humano que pescan los artesanales.
Algunos dicen que sí están de acuerdo con la protección de las cinco
millas para la pesca artesanal, pero no con las diez que ahora se
proponen.
Yo todavía no entiendo bien este tema (sería bueno que se
hiciera público el sustento técnico de esta nueva franja de protección),
pero nos guste o no el tan criticado Decreto 005, todavía
imperfecto y faltándole los mecanismos de control necesarios para
hacerlo efectivo, ésta es una importante medida de ordenamiento.
Además, hay que resaltar lo inaudito que es ver autoridades pesqueras
enfrentándose enérgicamente con sus administrados (antes el
“ordenamiento” venía previamente acordado con los interesados) y más
extraordinario aún, el que cuenten con el respaldo explícito y fuerte
(aunque poco informado) del Presidente de la República.
Hace tiempo que se requiere un ordenamiento integral del
Sector Pesquero.
Todos saben de la corrupción generalizada del mismo:
para cada medida de control existen trucos para “sacarle la vuelta” sin
ser sancionado y ganar más.
La falta de control efectivo y las
innumerables modificaciones a la Legislación que impunemente se han
venido haciendo a la medida de los intereses de pesqueros grandes y
chicos, permitiéndoles operar “dentro de la Ley”, han llevado a la
triste situación en que estamos actualmente.
Los peces y mariscos que
más deseamos comer y que se promueven como parte esencial de nuestra
famosa gastronomía, o han desaparecido o están tan caros que sólo unos
pocos los pueden comprar.
La anchoveta, nuestra especie más
abundante y nutritiva que tendría que ser la base de la alimentación de
nuestros muchos niños malnutridos, casi toda es usada para hacer harina
que es exportada para la producción de proteína cara en los mercados
mundiales.
Peor aún, aunque quisieran, los harineros no podrían usar
para el consumo humano los millones de toneladas de anchoveta que se les
da anualmente como cuota de pesca: ¡legalmente sólo pueden usarlos para
hacer harina!
Con mil millones de malnutridos en el Perú y el mundo,
esta situación no es sostenible ni justa.
Dicen los pesqueros que la anchoveta no está en peligro de extinción.
Efectivamente, hablar de peligro de extinción en pesca es complicado,
sobre todo en una especie tan abundante y de comportamiento tan dinámico
como es la anchoveta.
Sin embargo, sí podemos decir que su explotación
real es excesiva.
Oficialmente pareciera que no, pero si se contara la
pesca ilegal, la no registrada y la no regulada (incluyendo la que
realizaron los “artesanales” por años, desde mucho antes que se de el
Decreto 005, sin que nadie se queje), resulta que la captura total real
de anchoveta finalmente es mucho mayor que la cuota anual que recomienda
el IMARPE, en teoría lo máximo que se podría pescar en forma
sostenible.
Todos los saben, pero de esto tampoco nadie se queja.
Los pesqueros reclaman que la Ministra y su Viceministro no saben de
pesca y hacen todo mal.
Piden que se ponga nuevamente a un pesquero de
Ministro… Pero, ¿alguien realmente cree que un pesquero tradicional
haría el intento de ordenar el Sector en serio?… Yo no.
Creo que ya es
hora de que se haga una limpieza profunda del Sector y urgentemente:
a)
se independice, reorganice y se le den los recursos financieros y
humanos necesarios al IMARPE para tener un instituto científico de
primer nivel mundial que asesore bien al Ministerio;
b) se revise la
legislación pesquera y se asignen los recursos para lograr un efectivo
manejo con enfoque ecosistémico de nuestro mar y sus pesquerías más
apreciadas o importantes; y
c) se den las cuotas de pesca que resulten
en la repartición transparente y justa de la anchoveta para todos sus
usuarios permitiéndose que cada uno use su cuota para lo que le de mayor
valor.
Así lograremos utilizar nuestra biodiversidad marina más justa y
sosteniblemente y que ésta finalmente contribuya en forma importante al
bienestar nacional.
¡Basta ya de dejar a unos pocos hacer lo que les da la gana con los
recursos de todos nosotros!
Como peruanos que queremos seguir comiendo
ceviche y otros manjares marinos, exijamos un buen manejo de nuestros
peces y mariscos.
La conservación marina no es, como creen algunos, sólo
proteger (abrazar) a sonrientes delfines, preciosos lobos o la ola
perfecta.
Preocupémonos seriamente por nuestro mar y sus recursos.
Cuidándolos bien, podemos recuperar la excepcional riqueza marina que
tuvimos hace menos de sesenta años y desperdiciamos por desidia.
Levantémonos todos y reclamemos con fuerza que se custodien bien
nuestros recursos y ecosistemas marinos y así podamos tener el mar y la
pesca que queremos, para siempre.
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