"LA HAYA" diferendo Marítimo PERÚ-CHILE

Viernes, 10 de enero de 2014 | 3:35 pm


La historia de cómo el diferendo marítimo llegó a la Corte de La Haya...

El Hito N° 1 que delimita Perú y Chile. Foto: Panoramio / Ernesto813
El Hito N° 1 que delimita Perú y Chile. Foto: Panoramio / Ernesto813


El proceso jurídico está a días de llegar a su fin, con el fallo final del tribunal internacional. 

Antes de acudir a La Haya, desde 1986, el Perú trató de iniciar negociaciones con Chile para suscribir un acuerdo de delimitación marítima. 
Sin embargo, la respuesta fue negativa desde Santiago. 

A continuación, la primera parte de este especial.

PRIMERA PARTE.

Minutos después que el embajador de Perú en Santiago, José Antonio Meier, recibió la negativa respuesta chilena, Torre Tagle decidió emitir un comunicado en el que anunciaba que “se ha agotado la posibilidad de la búsqueda de una solución a través de negociaciones directas”.

Semanas antes, el 19 de julio del 2004, el canciller Manuel Rodríguez Cuadros envió una nota diplomática al Gobierno de Chile, en base al trabajo previo que realizó con un destacado equipo de juristas.

En el documento, Perú expresaba a Palacio de La Moneda la necesidad de dialogar, de manera pacífica, a fin de negociar los límites marítimos de ambos países, al referir que a la fecha no se había suscrito ningún acuerdo de delimitación marítima.

De esta forma, Torre Tagle le dio un plazo de 60 días al Gobierno de Chile para que formule su respuesta y juntos puedan sentarse a negociar en Lima, Santiago o la ciudad que se crea conveniente.

A solo siete días de cumplirse este plazo, el 10 de septiembre del 2004, el embajador Meier recibió una nota de la canciller chilena Soledad Alvear en el que comunicaba que su país no iba a iniciar negociaciones sobre un tema que entendían que ya habían sido fijados en tratados anteriores, en referencia a los convenios pesqueros de 1952 y 1954.

La réplica peruana era más que evidente, el Gobierno de Alejandro Toledo anunció que recurrirá a “los medios de solución pacífica de controversias, previstos en el derecho internacional”, refiriéndose a la Corte Internacional de Justicia.


CONVENCIÓN DE DERECHO AL MAR DE 1982.

Sin embargo, esta gestión no fue la primera en la que un diplomático peruano intentó llegar a un acuerdo con Chile, a fin de establecer un tratado de delimitación marítima.

En 1982, el Perú, junto a varios países, entre ellos Chile, suscribió la declaración de la III Conferencia sobre Derechos del Mar de 1982, en donde se reconoce la zona económica exclusiva de las naciones hasta las 200 millas marítimas.

La delegación peruana que asistió a esta cita en Jamaica estuvo encabezada por el embajador Max Arias-Schreiber Pezet y tuvo como uno de sus integrantes a Juan Miguel Bákula, quien cuatro años después se convertiría en pieza fundamental.

Uno de los artículos de este documento indica que la delimitación marítima de los estados o países que tengan costas adyacentes o situadas frente a frente se efectuará por acuerdo entre ellos sobre la base del derecho internacional. 

Argumento que sería usado por el Perú.

En contraparte, la declaración también que esta delimitación puede estar sujeta a las consideraciones de los acuerdos que, previamente, los dos países hayan suscrito. 

Chile ratificó su posición que los acuerdos pesqueros de los ’50 son tratados limítrofes.

Mientras que Chile ratificó este convenio el 25 de agosto de 1997 y Ecuador hizo lo propio el 22 de julio de 2012, el Perú aún no lo ha hecho.

MEMORÁNDUM BÁKULA.

A raíz de este convenio, en 1985, el canciller Allan Wagner planteó la necesidad de que Perú y Chile inicien negociaciones para fijar la delimitación marítima, tras considerar que, a la fecha, no existe un acuerdo de este tipo.

Luego de estudiar el caso, Wagner encuentra en Bákula al diplomático perfecto para iniciar las negociaciones con Chile. 

Además de ser, en ese momento, el embajador de Perú en Santiago, había sido integrante de la delegación peruana que la Convención sobre los Derechos del Mar de 1982.

Es así que, el 23 de mayo de 1986, Bákula Patiño fue recibido en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile por su titular, el canciller Jaime del Valle, quien creyó que se trataba de una visita diplomática de rutina.

Sin embargo, el diplomático peruano tenía la misión de dejar precedente que el Perú quería iniciar negociaciones para establecer la delimitación marítima de ambos países. 

En una exposición didáctica, el embajador nacional explicó los motivos que llevan al país a fijar estos límites.

Del Valle, quien era un hombre de confianza del Gobierno de Augusto Pinochet, tras escuchar a Bákula, le pidió que deje escrito lo dicho. 

Es así que el diplomático nacional no perdió tiempo y, rápidamente, escribió el documento que sería conocido como el ‘memorándum Bákula’.

"El canciller de Chile me dijo: Eso es correcto. 

Ese es un problema que tenemos que estudiar. 

No lo podemos dejar para las calendas griegas. 

Me dijo: ¿Por qué no pasa usted un memorando?", expresó el diplomático en una entrevista a Caretas.

Este escrito es clave porque deja sentada la posición peruana y la intención de llegar a un acuerdo para fijar los límites marítimos, al entender que no existe ningún tratado de este tipo. 

Días después, Del Valle informó, a través de un breve comunicado, que recibió al embajador nacional y que Chile necesitaba estudias las propuestas formuladas en la reunión.

Canciller Fernando de Trazegnies respondió a la maniobra de Chile. Foto: Archivo


Tras la presentación del 'memorándum Bákula', la gestión de Alberto Fujimori no prestó atención al tema. 

Sin embargo, a pocos días de acabar el régimen fujimorista, Chile hizo una maniobra ante las Naciones Unidas que provocó la nota de protesta del canciller De Trazegnies. 

A continuación, la segunda parte de este especial.

LA DESAPERCIBIDA ACTUACIÓN DE LOS ‘90

Pese al ‘memorándum Bákula’, los intentos del Perú de iniciar negociaciones con Chile se vieron enfriados con la poca voluntad del régimen de Alberto Fujimori de buscar un acuerdo de delimitación marítima.

A poco del fin del gobierno fujimorista, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile publicó una carta de navegación, de nombre ‘Rada y Puerto de Arica’, en la que se apreciaba el trazo de una línea base marítima a partir del Hito N° 1, señalando a este como el límite. 

Dicho documento fue enviado a las Naciones Unidas y reproducido por la División de Asuntos Oceánicos.

El 20 de octubre del 2000, la embajada de Chile en Lima recibió una nota de protesta remitida por el canciller Fernando de Trazegnies, en donde se expresaba la disconformidad del Perú por esta carta náutica, tras señalar que no existe ningún tratado de delimitación marítima como lo daba a entender el documento chileno.

En la que es la única gestión que el régimen de Fujimori realizó sobre la controversia, el canciller De Trazegnies manifestó a su par chilena, Soledad Alvear, que el Gobierno de Perú, a través de Bákula, había dejado sentada su posición sobre la inexistencia de cualquier tipo de acuerdo limítrofe marítimo.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores manifiesta su desacuerdo con el trazado cartográfico de dicha línea y con la indicación que se hace en la citada Carta de Navegación, por no existir un tratado específico para la delimitación de la frontera marítima entre los dos países”, indicó parte de esta nota de protesta.

PÉREZ DE CUELLAR EN ACCIÓN

La respuesta chilena a la nota de protesta enviada por el Perú se hizo esperar al punto que llegó el 22 de noviembre del 2000, en plena ceremonia de asunción de mando del presidente transitorio, Valentín Paniagua Corazao.

El mandatario juramentó al ex secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, como presidente del Consejo de Ministros y titular del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Aquel día, la canciller Alvear contestó al Perú de manera enfática, señalando que la carta náutica ‘Rada y Puerto de Arica’ ha sido elaborada en base al derecho internacional y en estricto respeto a los acuerdos suscritos con el Perú, anteriormente.

La ministra chilena refirió que los tratados pesqueros de 1952 y 1954 fueron ratificados en las actas de 1968 y 1969. 

Sin embargo, estos acuerdos no fueron aprobados por el Congreso de la República, tal como lo exige la Constitución que estuvo vigente en esos tiempos.

El 27 de diciembre del 2000, el Gobierno peruano respondió a Palacio de La Moneda, indicando que no comparte su posición, porque ambos países, a la fecha, no habían suscrito un tratado limítrofe marítimo. 

Pérez de Cuellar le recordó a Alvear el ‘memorándum Bákula’, en donde Chile nunca se refirió a un acuerdo de este tipo.

Luego de dos semanas, Perú presentó al entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, una declaración en la que se aclara que no ha celebrado ni reconoce algún tipo de acuerdo de delimitación marítima, expresando su disconformidad al documento que Chile presentó en septiembre del 2000.

EL EPISODIO DEL 2001.

En marzo del 2001, Chile instaló una caseta de vigilancia militar más allá del límite permitido. 

De inmediato, actores de la política nacional reclamaron una intromisión del país sureño en territorio nacional.

Sin embargo, Pérez de Cuellar tuvo una reacción alturada, tras adelantar que primero se iniciaría una investigación para determinar si en realidad el puesto chileno fue adelantado por agentes de la Armada de ese país.

Una acción de este tipo rompía el acuerdo que tenían ambas naciones de dar aviso a cualquier tipo de maniobra limítrofe, a fin de actuar de manera pacífica y en virtud al derecho internacional.

Tras días de investigación, el 10 de abril de ese año, el canciller envió una nota de protesta al Gobierno chileno tras comprobar que la comisión técnica constató que la caseta reubicada se encuentra en territorio nacional.

“El Gobierno de Perú presenta su protesta al Gobierno de Chile por la instalación de la mencionada caseta, la que bajo ninguna circunstancia deberá permanecer en territorio peruano, debiendo asimismo cesar toda incursión de patrullas militares o policiales chilenas en el área anteriormente señalada”, expresó el también primer ministro en el documento.

El presidente de Chile, Ricardo Lagos, ordenó el retiro del puesto de vigilancia, tras señalar que él no dio a la Armada ninguna orden al respecto. 

En tanto, la canciller Alvear señaló que el retiro de esta caseta no significaba el reconocimiento del límite terrestre con el Perú y solo lo hacían para eliminar tensiones bilaterales.

En los acuerdos de 1968 y 1969, se acordó instalar faros para ayudar a la navegación de los pesqueros artesanales. 

El 23 de junio del 2001, dicho faro fue dañado por el terremoto que remeció el sur del Perú y norte de Chile.

En diciembre de ese año, los escombros de este faro cayeron hacia el sur, sobrepasando la línea paralela trazada. Durante los trabajos de recojo de estos materiales, el equipo peruano ingresó maquinarias a estas aguas.

La Cancillería de Chile presentó una nota de reclamo al entender que dicha maquinaria ingresó a su mar sin autorización. 

Diputados chilenos aseguraron que el retiro de los escombros del faro podía ser una excusa del Perú para cambiar los límites marítimos. 

TERCERA PARTE.


Jueves, 16 de enero de 2014 | 5:15 pm

El canciller Manuel Rodríguez Cuadros días después de enviar la nota diplomática. Foto: Archivo La República
El canciller Manuel Rodríguez Cuadros días después de enviar la nota diplomática. Foto: Archivo La República


Continuando con el repaso de los hechos históricos que llevaron al Perú a presentar la demanda ante el tribunal internacional, LaRepublica.pe comparte la tercera entrega de este especial, con la nota diplomática de Rodríguez Cuadros en julio del 2004, así como el comunicado conjunto que suscribió en Río junto al canciller chileno Ignacio Walker.


EL TRABAJO SILENCIOSO Y EFICAZ

Tras la precisa gestión de Pérez de Cuellar, el entonces presidente Alejandro Toledo nombró como canciller de la República a Diego García Sayán. 

En tanto, ese mismo año, la hoy coordinadora del equipo de defensa ante La Haya, Marisol Agüero, publicó “Consideraciones para la delimitación marítima del Perú”, libro clave para sustentar, años después, la posición del país.

En julio del 2002, Allan Wagner dejó la embajada de Perú en Estados Unidos para ser el nuevo titular de Torre Tagle.

El ingreso de Wagner Tizón al Ministerio de Relaciones Exteriores fue fundamental para este proceso. 

Durante su gestión como canciller en el primer gobierno de Alan García, había enviado al embajador Bákula para que deje precedente la necesidad de llegar a un acuerdo de delimitación marítima con Chile.

La gestión del hoy agente del Perú en La Haya tuvo de lejos una nota aprobatoria, no solo porque fue quien impulsó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, sino porque también logró consolidar un bloque regional andino, con acuerdos de cooperación con Bolivia y Ecuador, además de promover una alianza estratégica con el Mercosur.

Wagner logró un acuerdo de asociación con Chile, pero eso no fue todo lo que hizo. 

Paralelamente, a sus labores de fortalecimiento de las relaciones bilaterales con el resto de países, en el interior de la Cancillería se analizaba, punto por punto, el tema de los límites marítimos.

El trabajo en la Cancillería le sirvió para ser elegido, en noviembre del 2003, como secretario general de la Comunidad Andina de Naciones, cargo que comenzó a ocupar en enero del 2004.

RODRÍGUEZ CUADROS Y  LA NOTA DIPLOMÁTICA.

En reemplazo de Wagner, Relaciones Exteriores queda al mando de Manuel Rodríguez Cuadros, quien ingresó al cargo consciente de la necesidad de poner en manifiesto la inexistencia de un tratado de límites marítimos con Chile y la necesidad de que se logre un acuerdo.

Sin embargo, el canciller fue paciente para continuar el trabajo del equipo diplomático que revisaba y analizaba el caso, así como recogiendo los antecedentes jurídicos suficientes para respaldar la posición peruana.

Agüero, junto a otros importantes diplomáticos y embajadores, colaboró con el ministro Rodríguez Cuadros para que, el 19 de julio de 2004, se consolide uno de los actos más importantes en todo este proceso contencioso.

Torre Tagle envió al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile una nota diplomática en la que solicitaba al país vecino el inicio de las negociaciones bilaterales para dar solución a la controversia marítima, al dejar constancia de la inexistencia de un acuerdo de delimitación.

En solo una página y media, Rodríguez Cuadros hizo un notable repaso de los intentos del Perú por lograr un acuerdo de delimitación marítima con Santiago, nombrando el memorándum Bákula de 1986, así como la nota de protesta del 2000 del canciller De Trazegnies.

El canciller fue claro al indicar a Chile que el Perú desconoce cualquier tipo de acuerdo de delimitación marítima, porque este, simplemente, no existe. 

Incluso, estableció un plazo de sesenta días para iniciar las negociaciones bilaterales para lograr un tratado de límites.

Rodríguez Cuadros fue ducho, en menos de mil palabras, resumió la posición del país frente a una controversia que necesitaba una solución. 

Además, propuso que estas reuniones se den en Santiago, Lima o la ciudad que escojan de común acuerdo.

Al enviar esta nota diplomática, el canciller era consciente que iba a ser rechazado, tal como sucedió días antes de cumplirse el plazo. 

Sin embargo, sabía que un documento de tal magnitud abría el camino para que el Perú recurra al plano jurídico internacional.

Como era predecible, la canciller Soledad Alvear no aceptó negociar, tras asegurar que Chile entendía que sí existía un tratado de delimitación marítima y, además, mostró su rechazo a la imposición de un plazo para un tema que ya estaba zanjado.

Horas después de la respuesta chilena, el 12 de septiembre del 2004, anunció públicamente que el Perú había agotado cualquier posibilidad de búsqueda de una solución mediante las negociaciones bilaterales, siendo obligado a recurrir a instancias idóneas para resolver una controversia de tal tamaño.

LAS CUERDAS SEPARADAS DE PERÚ Y CHILE.

Luego de dos semanas de responder negativamente al Perú, la canciller Soledad Alvear, la misma que también recibió la nota de protesta del 2000, renunció al cargo para lanzar su precandidatura presidencial. 

Sin embargo, Michelle Bachelet logró mayor consenso en el conglomerado al que se unió su partido, renunciando a esta aspiración en mayo del 2005.

Tras la salida de Alvear, el presidente Ricardo Lagos eligió como el nuevo titular del Ministerio de Relaciones Exteriores a Ignacio Walker, quien se había desempeñado como embajador de Chile en Roma.

El 4 de noviembre del 2000, durante la XVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río, el canciller Rodríguez Cuadros logró convencer a su homólogo chileno que ambos países tenían la necesidad de continuar y preservar sus relaciones bilaterales sin que se vean afectadas por una evidente controversia marítima.

El ministro peruano no solo llegó a un acuerdo verbal con Walker, sino también lo instó a emitir un comunicado conjunto en el que dejen constancia que el tema de delimitación marítima en el que mantienen posiciones distintas no puede afectar el desarrollo de la relación entre ambas naciones. 

A esto se le conocería como las ‘cuerdas separadas’.




Nota del Ministro de Relaciones Exteriores del Perú del 19 de julio de 2004

Lima, 19 de julio de 2004

Excelentísima señora Ministra:

Tengo a honra dirigirme a Vuestra Excelencia con el objeto de referirme a la controversia jurídica sobre delimitación marítima existente entre el Perú y Chile. 

Antes de pasar a esta materia, permítame Vuestra Excelencia, recordar la unidad de criterios y colaboración entre el Perú y Chile en el desarrollo del nuevo Derecho del Mar.

En la etapa formativa del denominado con acierto nuevo Derecho del Mar, el Perú y Chile desempeñaron papeles muy importantes en el desarrollo progresivo y codificación de este orden jurídico. 

Ambos países efectuaron acciones que tuvieron gran trascendencia en el reconocimiento internacional de la soberanía y jurisdicción del Estado ribereño en el mar adyacente hasta las 200 millas marinas, extensión muy superior a las tradicionalmente existentes.

En esta fase inicial del nuevo Derecho del Mar, nuestros países concentraron sus esfuerzos en el interés principal de extender y defender la soberanía y jurisdicción en el mar adyacente hasta distancias no tradicionales pero justas y equitativas. 

Dichos esfuerzos estuvieron orientados a la protección de estas nuevas zonas y sus recursos.


En la evolución del Derecho, muchos Estados se opusieron a esta innovadora y audaz extensión de la soberanía y jurisdicción del Estado ribereño.


No obstante, nuestros países, de manera coordinada, decidida y efectiva, no solo resistieron esta oposición –que se fundaba, en parte, en el Derecho Internacional formado en siglos pasados- sino que, además, convencieron a la comunidad internacional de la justicia y equidad de su causa. 

Desde la década de 1950 hasta las difíciles negociaciones en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, esta labor solidaria, coordinada y eficiente –a la que se sumaron otros países de la región- dio resultados muy positivos en la consolidación de los nuevos principios e instituciones del Derecho del Mar.

Sin embargo, y a pesar de esta amplia y estrecha colaboración en el desarrollo del Derecho del Mar, el Perú y Chile tienen aún pendiente la delimitación marítima de sus respectivas zonas adyacentes, debido a que no han celebrado un tratado específico sobre esta importante materia.

Con relación a la delimitación marítima entre nuestros países, el Perú dirigió a la Secretaria General de las Naciones Unidas una nota que contiene una Declaración difundida por dicho organismo internacional por medio de la Circular Nº 13 de Derecho del Mar, de marzo del 2001, publicada por su División de Asuntos Oceánicos y Derecho de Mar; en la misma se expresa, entre otros, que “hasta la fecha el Perú y Chile no han celebrado, de conformidad con las reglas de delimitación marítima”, que “el gobierno del Perú, en nota número 5-4- M/147, de 23 de mayo de 1986, comunicó al Gobierno de Chile su posición oficial sobre la necesidad de proceder a la delimitación formal y definitiva delos espacios marítimos entre los dos países, comunicación que ha sido recientemente reiterada mediante nota RE (GAB) número 6-14/113, de 20 de octubre de 2000, por tratarse de un asunto pendiente” y que “en consecuencia, el gobierno del Perú no reconoce la indicación de la línea del paralelo como límite marítimo entre el Perú y Chile.”

Asimismo, se han cursado otras notas entre el Perú y Chile que revelan posiciones jurídicas totalmente discrepantes y opuestas sobre la delimitación marítima; todo ello, de conformidad con el Derecho Internacional, configura una controversia jurídica.

El Perú estima que la estabilidad de las relaciones bilaterales, de amistad y cooperación con Chile, así como la promoción de intereses compartidos en todos los ámbitos de la relación bilateral, encontrarán un mayor dinamismo en la medida en que se pueda obtener un acuerdo sobre esta controversia jurídica cuya solución está aún pendiente.

Estas consideraciones, de la mayor importancia en la relación bilateral, me llevan a proponer formalmente a Vuestra Excelencia el inicio, a la brevedad posible, de negociaciones bilaterales para resolver esta controversia. 

Propongo, asimismo, que estas negociaciones comiencen dentro de los próximo sesenta días. 

Las mismas podrían llevarse a cabo en la ciudad de Lima, en la ciudad de Santiago de Chile o en la ciudad que se escoja de común acuerdo. 

La finalidad de estas negociaciones deberá ser el establecimiento del límite marítimo entre el Perú y Chile de conformidad con las normas del Derecho Internacional, mediante un tratado específico sobre esta materia.

La posición peruana sobre delimitación marítima entre Estados con costas adyacentes fue presentada oficialmente por el Presidente de la Delegación del Perú en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en su intervención del 27 de agosto de 1980. 

En el párrafo séptimo de ésta se afirma: “Con respecto a los criterios de delimitación del mar territorial, la zona económica exclusiva y la plataforma continental entre Estados cuyas costas son adyacentes el Perú considera que, a falta de un convenio específico de delimitación concertado de manera expresa para fijar definitivamente los límites de tales zonas, y donde no prevalecen circunstancias especiales ni existan derechos históricos reconocidos por las parte, debe aplicarse como regla general la línea para llegar a una solución equitativa y que este criterio está bien reflejado en los actuales artículos del texto integrado. 

”Me valgo de esta oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. 

MANUEL RODRÍGUEZ CUADROS. 
Ministro de Relaciones Exteriores del Perú 


A la Excelentísima señora María Soledad Alvear. 

Ministra de Relaciones Exteriores de Chile



COMUNICADO CONJUNTO DE LOS MINISTROS DERELACIONES EXTERIORES DEL PERÚ Y CHILE

Reproducción no oficial del texto.

Los Cancilleres del Perú y Chile nos hemos reunido en el marco de la XVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río y hemos pasado revista a todos los aspectos de la relación bilateral. 

En ese contexto, hemos coincidido sobre el buen estado de dicha relación y particularmente sobre el dinamismo de los vínculos económicos y comerciales, así como todos los asuntos de la cooperación institucional.

Los Cancilleres hemos reafirmado que el tema de la delimitación marítima entre ambos países, respecto del cual tenemos posiciones distintas, es una cuestión de naturaleza jurídica y que constituye estrictamente un asunto bilateral que no debe interferir en el desarrollo positivo de la relación entre Perú y Chile.

Ambos Cancilleres, destacamos la importancia de la próxima visita al Perú del Presidente del Senado así como del Comandante en Jefe del Ejército de Chile. 

Las referidas visitas, son expresión de la voluntad política positiva de los Gobiernos del Perú y Chile para continuar desarrollando todos los aspectos cooperativos de la relación bilateral. 

En ese marco, hemos decidido que el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile realice una visita oficial al Perú antes del 31 de diciembre del presente año. 

De manera correspondiente, el Ministro de Relaciones Exteriores del

Perú efectuará una visita oficial a Santiago el primer trimestre del 2005.



Los Cancilleres del Perú y Chile al destacar, asimismo el próximo encuentro de los mandatarios de los dos países en el desarrollo de la Cumbre de APEC, reafirman la voluntad de sus Gobiernos de iniciar el proceso con miras a la negociación de un Tratado de Libre Comercio .




Río de Janeiro, 4 de noviembre de 2004




Manuel Rodríguez Cuadros
Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.


Ignacio Walker

Ministro de Relaciones Exteriores de Chile.




También puedes revisar nuestra infografía interactiva de la línea de tiempo del proceso.
Fuentes: Archivo de La República, La Segunda, La Tercera y texto del embajador Alfonso Arias-Schreiber Pezet.





No hay comentarios.:

INDULTO ¿Puede imponerse una reconciliación?

https://peru21.pe/mechain/milagro-evolucion-390912?href=tepuedeinteresar --------------------------------------------------------------...